Estrella de la Segunda Independencia

A paso de gigantes

No hay tiem­po que per­der para levan­tar las orga­ni­za­cio­nes de lucha de los tra­ba­ja­do­res, pobla­do­res, los estu­dian­tes secun­da­rios, de las muje­res, en todos los luga­res, en todo el país.

Sus méto­dos de tra­ba­jo han de ser inde­fec­ti­ble­men­te la movi­li­za­ción, la orga­ni­za­ción, la inde­pen­den­cia de cla­se y la com­ple­ta y cla­ra opo­si­ción a los par­ti­dos del régi­men, inclu­yen­do al gobierno actual.

Vamos por todo el poder

Este Primero de Mayo se cele­bra bajo las más insó­li­tas de las cir­cuns­tan­cias: una cri­sis glo­bal que, en Chile, se defi­ne por la con­tra­po­si­ción del poder de los tra­ba­ja­do­res y el ase­dia­do poder del capi­tal. Necesitamos con­quis­tar el poder, todo el poder, para enfren­tar las con­se­cuen­cias de la cri­sis y cons­truir nues­tro futuro.

La derrota del régimen

El ple­bis­ci­to crea una situa­ción nue­va. El régi­men espe­ra­ba con­sen­so, pero obtu­vo lucha de cla­ses. Ahora, se enfren­ta el poder legí­ti­mo del pue­blo con­tra un orden que se afe­rra a la cons­ti­tu­ción pino­che­tis­ta, repu­dia­da por la lucha popu­lar y el 80% con­quis­ta­do en las urnas.

A terminar lo que empezamos

El levan­ta­mien­to popu­lar en Santiago se exten­dió a todo el país en un día. Desde enton­ces, el pue­blo no ha deja­do de luchar un solo minu­to. Ha lle­na­do ave­ni­das y pla­zas; ha ren­di­do sus sacri­fi­cios, sus muer­tos, sus heri­dos, sus pre­sos; ha enfren­ta­do las arre­me­ti­das de los cri­mi­na­les; ha resis­ti­do a la pan­de­mia y al derrum­be eco­nó­mi­co; se ha orga­ni­za­do y se ha ins­trui­do en la acción; ha medi­do su poder y ha reco­no­ci­do a sus enemi­gos. Chile es hoy la espe­ran­za de los pue­blos de América y del mun­do; en nin­gu­na par­te se ha hecho cla­ri­dad como en esta tierra. 

De ésta, salimos peleando

En la lucha por la vida, no se pue­de estar del lado de los ase­si­nos; en la lucha por la huma­ni­dad, no se pue­de seguir a los bui­tres; en la lucha por la salud, no hay que mez­clar­se con la podre­dum­bre; en la lucha por el futu­ro, hay que supe­rar un pasa­do caduco.

Es hora de actuar

El levan­ta­mien­to de octu­bre demos­tró nues­tra fuer­za, nues­tra deci­sión y nues­tro poder. Fue la pri­me­ra eta­pa de la revo­lu­ción. Ahora hay que ter­mi­nar lo que empezamos. 

Por nuestros hijos

Pero, algo sí va a pasar este año. Y es que el pue­blo de Chile se lan­za­rá a una gran lucha. Este año, dare­mos ini­cio a nues­tro futu­ro como pueblo.

Trabajadores ¡A luchar!

¡A defen­der nues­tros dere­chos! ¡A gol­pear a los empre­sa­rios saquea­do­res y polí­ti­cos corrup­tos y “sin­di­ca­lis­tas” ven­di­dos”! ¡A orga­ni­zar la fuer­za polí­ti­ca del pueblo!